martes, 24 de julio de 2012

Artículo de opinión, participante Yulimar González Palma

ENFOQUE ACTUAL DEL ESTADO DOCENTE
El carácter primigenio del Estado sobre la educación, ha sido, debatido y analizado por distintos autores, cuyas posturas van del total apoyo al Estado como ente rector y supervisor de la educación de la nación, hasta aquellos quienes afirman que esta rectoría es lesiva para la educación y sus componentes. Desde el punto de vista del autor, el Estado tienen la obligación de encaminar la instrucción pública y privada de acuerdo a los principios de moralidad, necesidades sociales y políticas del gobierno, basándose en lo anterior, en que la libertad de enseñanza no puede negar las finalidades dadas por la colectividad al Estado, como entidad de derecho público. Esta corriente ideológica se encuentra fundamentada en los planteamientos de personajes, tales como, Aristóteles, quien en su obra “Política” ratifica que “el medio más eficaz para conservar los Estados es educar a los ciudadanos en el espíritu de los Gobiernos”. Por su parte Napoleón Bonaparte, implica la importancia de la educación en la fundación de un Estado político cuya estabilidad no existiría sin “un cuerpo docente con principios claramente reconocidos”.
De acuerdo a Lorenzo Filho, “la posición interventora del Estado deriva, no del amor a un sistema o a una filosofía, sino a la necesidad de organización y seguridad”. Es sin duda un tema con muchas aristas, sin embargo la realidad demuestra que la educación es el medio por el cual una nación se desarrolla, es por tanto que la misma sea guiada en un mismo norte, creando en los ciudadanos un sentimiento de pertenencia y un con un sistema de creencias y valores equilibrados que garanticen la sustentabilidad del país. Aun cuando se necesita que en algunos momentos la educación sea individualizada en algunos aspectos, en su mayoría debe estar orientada a formar hombres y mujeres al servicio de la patria como bien común.
Es conveniente precisar, para entender lo expresado, donde descansan los antecedentes de la educación en nuestro país, los cuales provienen de la legislación española y la legislación de Indias, además de los cambios promovidos por la Revolución Francesa y la Revolución Americana. Durante el periodo de la colonia la educación no tuvo preeminencia en las políticas del Estado, ya que, las mismas eran guiadas por los intereses de la monarquía, la cual consideraba que la formación y reconocimiento estaba en contraposición con la sumisión absoluta al rey, sin embargo, los cabildos, iglesia y algunos particulares gestionaron pequeños establecimientos a modo de escuela, siguiendo sus normas y preceptos los cuales no iban a favor de la mayoría sino todo lo contrario, con una cultura gregaria y discriminatoria para los individuos de acuerdo al lugar que ocupaban en la sociedad. Ya con el devenir del tiempo y acorde a los cambios que surgieron durante la independencia, la educación fue armonizándose con las transformaciones sociales, económicas y políticas acaecidas en el país y el mundo, la misma fue influenciada con los principios de libertad e igualdad, originando así nuestra primera legislación educativa y la doctrina del Estado Docente. Desde el periodo republicano, la educación ha sido consagrada como un deber del Estado y un derecho de los ciudadanos, los cuales han delegado en el primero la potestad de controlar y vigilar los servicios de la educación en el país, ya sea, en el contexto público o privado.
Posteriormente la primera constitución de Venezuela del año 1811, determina el deber del Estado en cuanto a la educación, disponiendo que los gobiernos regionales sean los encargados de la formación de todos los ciudadanos, dando un especial trato a los indígenas, los cuales habían sido totalmente desatendidos y obligados a una esclavitud no solo física sino intelectual y espiritual. Esta Carta Magna plantea la entrega de tierra a los pobladores indígenas eliminando así la posibilidad de ser explotados como servidumbre personal. Para Luis Beltrán Prieto Figueroa “la asignación de la tierra y las condiciones económicas y sociales adecuadas son bases necesarias para el funcionamiento de un sistema educativo”, sin embargo, el autor afirma que esto quedo en promesa llegando a parecer una utopía, siendo que esta constitución no tuvo una aplicación efectiva en la nación quedando en letra muerta, a causa en gran parte a los desordenes sociales y políticos en que se encontraba el país debido a la Guerra de Independencia y las sucesivas luchas en la que se veía inmersa.
Sobre la base de las consideraciones anteriores, en la “Constitución de Angostura” se estableció el Poder Moral el cual se encargaría de velar por las Buenas Costumbres y por la Educación del pueblo, a través de dos cámaras “el Areópago”  y la “Cámara de Educación”, diseñadas para ocuparse, la primera, de la moral pública y de las buenas costumbres, y la segunda, lo referente a la educación de los niños desde su nacimiento hasta la edad de 12 años. El Libertador, Simón Bolívar quien fuera el redactor de dicha constitución, se inspiro en la Antigua Grecia y la legislación romana, de las cuales admiraba su virtuosidad. Sin embargo, el modelo del Poder Moral fue discutido, siendo, colocada como apéndice en la Constitución de 1819, debido a que para algunos esta instituía una forma de dominio excesivo mayor que el que ejerció la iglesia en la época colonial, y otros, por la dificultad en su aplicación. Se deduce entonces, que para Bolívar no solo era importante la formación educativa del ciudadano sino todo el componente moral y ético, que brinda la formación en buenas costumbres.
En palabras de Bolívar, “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. Una frase que encierra una de las mayores verdades, pero la misma, no es solo posible con individuos que gobiernen, sino que se necesitan ciudadanos con capacidades y actitudes que vayan a la par de este enunciado, y esto solo es posible con la preparación que una educación completa y orientada al desarrollo de la nación puede dar.
En fin, la educación es un “sistema complejo”, es decir, un sistema donde  existe la diversidad con múltiples determinaciones. Por lo cual, el mejoramiento de la calidad educativa venezolana se ha convertido en un reto que todos los docentes debemos asumir comprometiéndonos de forma más particular y directa en el desarrollo de la misma, el gobierno debe ayudar a que esto sea posible, a través de políticas claras y no partidistas, asumiendo la realidad que se vive y no en los ideales de otras épocas, que aun que fueron importantes han ido perdiendo validez y pertinencia en el transcurrir del tiempo. Es importante clarificar los objetivos y por tanto las metas que los y las venezolanas pretendemos para nuestro colectivo, entender que la confrontación no da la razón, esta se halla en la comprensión de las diferentes formas de pensar, buscando el equilibrio entre ellas.

Profa. Yulimar González Palma C.I. 13 484 995

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